Dídac Sánchez sobre ‘La disciplina de emprender’

Dídac Sánchez

Joven emprendedor, propietario y presidente del Instituto IEGRA Tres Torres, la Clínica Hilton, Legisdalia, Eliminalia y Subrogalia

Aunque actualmente parece que el emprendimiento vive una época en la que se ensalzan sus virtudes, nos hallamos aún muy lejos de otros países en los que esta actividad es reconocida como uno de los principales factores generadores de riqueza. A diferencia de los países anglosajones, en los que un empresario que emprende sin éxito diversos negocios es alguien en el que se confía para que ponga en marcha el siguiente, dado que sus fracasos han sido su mejor escuela y está mejor preparado para el siguiente negocio que quien no ha fracasado, en España, el emprendedor que se estrella en su primer intento se convierte en un paria, un proscrito que no merece una segunda oportunidad.

No cabe duda de que esto influye –y mucho– en el hecho de que muchas personas teman el fracaso y, por ello, decidan no emprender. Un empresario amigo mío me decía que en España hay dos deportes de riesgo: el puenting y ser empresario. Más del 90 % de los puestos de trabajo lo crean las pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas con menos de cinco trabajadores; sin embargo, este tipo de empresas son las que menos ayuda reciben de la Administración. El emprendedor debe lanzarse con todo en contra y casi siempre sin paracaídas.

Emprender con éxito no tiene una fórmula mágica, porque, en realidad, como le ocurre a un cocinero, cada empresario dispone de las mismas herramientas y productos a la hora de “cocinar” un producto o servicio. Sin embargo, será después su capacidad para innovar, ser perseverante, no decaer ante los fracasos y ser un buen líder lo que le permitirá alcanzar el éxito. No obstante, tampoco debemos caer en la apología del emprendimiento como algo a lo que todo el mundo puede acceder.

Corren tiempos en los que se anima a todo el mundo a ser empresario. Esto no sería negativo si no fuera tan temerario como invitar a los que no saben nadar a que se lancen a una piscina. La filosofía de la inmediatez que impera en tantos otros terrenos de la vida personal lleva a muchas personas a lanzarse a emprender sin haber hecho antes las verificaciones básicas oportunas, tener la formación adecuada o contar con los recursos mínimos que le garanticen un período de supervivencia inicial imprescindible.

Yo resumo el éxito como el cuidado de los detalles. Si hemos cuidado todos y cada uno de los detalles que componen un proyecto, es difícil que este salga mal. Esto es algo fácil de decir, pero no tan fácil de hacer, y es ahí donde las habilidades personales desempeñan un rol definitivo. Es fundamental saber de dónde partimos y adónde queremos llegar, como cuando realizamos un viaje de placer. Resulta evidente que sin rumbo no se llega a ningún destino. Sin embargo, es sorprendente el número de proyectos que cada mes caen en mis manos cuya visión carece de un horizonte más allá de los meses siguientes, sin un lugar de destino. Emprender con éxito tiene que ver mucho con la actitud, ya que “si naces para martillo, del cielo te caen los clavos”.

Dídac Sánchez

Joven emprendedor, propietario y presidente del Instituto IEGRA Tres Torres, la Clínica Hilton, Legisdalia, Eliminalia y Subrogalia

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