Francisco Rodríguez Ortiz sobre ‘La economía de la manipulación’

Francisco Rodríguez Ortiz

Doctor en Economía por la Universidad Nancy 2 y profesor de Política Económica Internacional en la Universidad de Deusto

Las nuevas tecnologías y el proceso de globalización no solo fomentan la manipulación en la economía, sino que también permiten visualizarla mejor. Los autores aciertan al señalar que la manipulación en la economía es consustancial a la propia historia de la humanidad. Sin embargo, la sociedad, una vez que estalla la crisis, percibe ahora la manipulación con mayor nitidez y expresa de forma más rotunda su rechazo a esas prácticas que desmienten los principios básicos de la economía tal como es enseñada en las universidades.

Eso hace que la economía, en cuanto ciencia social, esté sujeta a interpretaciones en las que la ideología pueda suplantar la propia “razón” económica. Y el libre mercado, tan glosado por la teoría, ha pasado a ser un objeto de análisis arqueológico toda vez que la tendencia a la concentración del capital y la importancia adquirida por el capital financiero en el proceso de mundialización –un capital financiero que impone sus formas y contenidos al nuevo régimen de acumulación mundial– hacen que las posibilidades de manipulación y de fraude vayan expandiéndose y ganando intensidad.

De hecho, el cúmulo de crisis iniciado con la crisis de las subprimes y la financiarización de estas y de sus derivados no son sino una expresión de esta nueva realidad. Los autores aciertan en analizar los nuevos vericuetos por los que se mueve la economía, si bien no conceden la importancia debida a la creciente autonomía de los flujos financieros respecto a la llamada economía real. Ese proceso acelera las “locuras” individuales y colectivas, alimenta la creación de unos productos –basados en modelos científicos y que abusan de la formalización matemática– que escapan a la propia comprensión de sus conceptores (creadores) y desbordan con mucho la capacidad de regulación de los poderes públicos, que solo se pueden acoplar a estas “innovaciones” a posteriori, una vez que ha estallado la crisis y ha provocado profundos dolores económicos y sociales.

Los mercados –y la historia económica reciente del siglo XXI abunda en casos– son objeto de manipulación y de fraude debido a la nueva cultura de creación de valor para el accionista. Ello ha llevado los procesos de apalancamiento financiero a unos niveles extremos para alcanzar una rentabilidad sobre recursos propios desconocida hasta la fecha. Esta manipulación también es producto de la creciente separación entre dueños del capital y gerentes. Es decir, la manipulación y el fraude no derivan tanto de que los principios morales de los gobernantes y empresarios sean mejores o peores, sino que responden al momento actual de la acumulación. La razón económica se supedita al logro de la máxima rentabilidad y sacrifica las bases de los consensos anteriores, cuya expresión más avanzada en Europa fue el pacto keynesiano de rentas y el desarrollo del Estado del Bienestar, dimensiones hoy sacrificadas para responder a la nueva lógica “competitiva” de un mercado y unos procesos de producción globalizados.

El libro

Cómo conocer las trampas del mercado

George A. Akerlof y Robert J. Schiller

Es fácil pensar que la manipulación y el fraude en la economía son temas muy recientes; sin embargo, el ser humano siempre ha sido susceptible de ser manipulado, por muchas razones. En este [...]

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