Guido Stein sobre ‘Drucker esencial’

Guido Stein

Profesor del IESE Business School y presidente de EUNSA

Leer a Peter Drucker es siempre una actividad muy enriquecedora. Habida cuenta de mi interés profesional por este prolífico autor de innumerables libros y artículos sobre dirección de organizaciones, han sido no pocos los empresarios y directivos españoles relevantes que me han confesado una auténtica admiración, cuando no “devoción”, por su obra. Su lectura les abrió horizontes insospechados para mejorar como directivos y como empresarios; les ayudó a caer en la cuenta de cosas que, por tan obvias, a menudo se olvidan en la gestión del día a día; les enseñó a hacerse la pregunta acertada en cada momento; les animó a no ser convencionales en sus respuestas, sino a esforzarse por ser cabalmente originales; etc.

Aquéllos que, además, han llegado a conocerlo con ocasión de sus viajes por la Península, guardan un recuerdo afectuoso de su sencillez y amabilidad personal. Efectivamente, Peter Drucker es un personaje sui generis, que deja huella y que ha ejercido una influencia sin parangón en el desarrollo del management.

Peter Drucker escribe sin prejuicios ni restricciones, dice lo que piensa, aun a costa de ser “políticamente (académicamente) incorrecto”. Elabora sus ideas a partir de la realidad más concreta y con vistas a su aplicación práctica. No en vano, su obra más conocida se tituló, a pesar de los consejos en contra de afamados profesores de la época, The Practice of Management, puesto que cualquier reflexión sobre la dirección de las organizaciones en general encuentra la piedra de toque en su implantación real.

Nuestro autor recuerda que el gobierno de las empresas tiene mucho que ver con el arte o la sabiduría de dirigir y administrar: se acerca a una disciplina clínica, ya que la prueba no está en si el tratamiento es “científico”, sino en si el paciente se recupera. Drucker no es un teórico del management; es un observador del comportamiento humano en las empresas, consciente de que no hay nada más práctico que una buena teoría. El engarce de su tarea como consultor, profesor y escritor le ha convertido en lo que los americanos denominan un reflective practitioneer, de los que tan necesitada se encuentra la vida económica de estos comienzos del nuevo milenio.

La publicación de The Essential Drucker ofrece una acertada selección -justamente ha sido supervisada por el propio Drucker- de sus mejores páginas sobre el management, las personas y la sociedad; la tríada de temas sobre los que viene escribiendo desde que ya en 1932 presentó su tesis doctoral en la Universidad de Frankfurt y que, al día de hoy, con 92 años, superan la treintena de títulos. Fiel a su longeva vocación, en las últimas Navidades me hablaba de la próxima entrega, The Next Society, del mismo modo que unos meses antes me había anunciado el libro que ahora comento.

The Essential Drucker es la síntesis de una visión amplia, profunda e integradora de la acción directiva, fruto del singular maridaje entre el racionalismo europeo y el pragmatismo americano que encarna Peter Drucker y en el que nunca se soslaya la fecunda responsabilidad social aneja a la creación de riqueza.

En una época de incertidumbre, en la que imperan las políticas corporativas centradas en la reducción de costes, Drucker nos recuerda que la razón de ser de una empresa consiste en mirar hacia fuera y crear un cliente. Por eso su lectura es una aventura apasionante.

El libro

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