Jon Uriarte sobre ‘Emails a un joven emprendedor’

Jon Uriarte

Fundador y CEO de Ticketbis

Verano de 2007. Mi padre me lleva al aeropuerto de Foronda. La primera y única vez que he estado allí en toda mi vida. Se encuentra con un amigo y excompañero de trabajo que también había llevado a su hijo, Ander. Este volvía a Londres para reincorporarse a su trabajo en Morgan Stanley. ¡Igual que yo! Ese encuentro me cambió mi vida. ¿Por qué? Porque fue el origen de Ticketbis.

Desde entonces el proyecto ha crecido sin parar: de un millón de euros de facturación en 2010 a noventa millones en 2015, de dos a casi cuatrocientas personas en el equipo, de trabajar en casa de mis padres en Bilbao a tener quince oficinas repartidas por todo el mundo, de empezar sin cobrar durante seis meses a haber recibido casi veinte millones de inversión entre fondos propios y ajenos…

Los comienzos fueron bastante duros: 2009, crisis mundial, nuestros competidores británicos lanzan en España el que iba a ser nuestro primer mercado… y ninguno de los dos fundadores teníamos experiencia en emprender ni conocimientos sobre el mundo digital o sobre el comercio electrónico. Lo que sí teníamos era una gran capacidad de trabajo y mucha ilusión y ambición. Quizá por eso conseguimos cerrar una ronda inicial de 400.000 euros solo con una presentación de papel. La ronda la cubrió lo que en inglés se conoce como FFF (Family, Friends, Fools) y con ese dinero echamos a andar y pudimos compensar nuestras debilidades rodeándonos de un buen equipo, que ha sido clave en el crecimiento de Ticketbis. Hemos juntado un grupo de personas que están totalmente comprometidas con el proyecto, con una capacidad de trabajo impresionante y con una ambición tan grande o aún mayor que la nuestra. Y gente muy válida, pese a que en muchos casos son realmente jóvenes y tienen muy poca experiencia.

Por el camino hemos cometido decenas de errores. Uno de los más grandes vino originado por ese exceso de ambición: falta de foco o, lo que es lo mismo, querer abarcar demasiado. En el plan de negocio, teníamos cinco líneas de negocio que íbamos a lanzar en tres años en todo el mundo. Era algo imposible de hacer. Lo cierto es que lo intentamos y, como es lógico, fracasamos en alguno de los proyectos. Gracias a Dios, aprendimos rápido de golpes y fracasos, lo cual ha sido muy útil de cara al futuro.

Y ahora, ¿qué? Muchas personas nos insisten en que debemos vender. No estamos cerrados a ello, pero para eso tendría que llegar alguna oferta. ¡Buena a poder ser! Por el momento hemos descartado salir a bolsa por el gasto que supone para lo que podríamos ingresar, así que el camino que seguiremos será el de incorporar como socio a algún fondo internacional de prestigio y con potencial, inyectar mucho dinero a la compañía y luchar por convertir Ticketbis en el líder mundial en el que todo el mundo piense cuando quiera comprar o vender una entrada. El sueño de Ander y Jon en aquel vuelo de verano.

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