Jordi Urbea sobre ‘Creative Confidence’

Jordi Urbea

Director general de OgilvyOne y Ogilvy & Mather Publicidad en Barcelona

Una de las cosas que más admiro de los creativos es su capacidad para estar generando, sin parar, cientos de ideas de forma constante y, cómo no, para responder siempre a las necesidades del cliente. No todas esas nuevas ideas llegan a buen puerto; de hecho, a menudo ni tan siquiera salen de los despachos de los creativos, pero también hay muchas de ellas que llegan, gustan o no, impactan o no, o sencillamente aparecen y desaparecen.

En otras ocasiones celebramos, por ejemplo, el éxito de una campaña. El momento mágico se da cuando otros reconocen un trabajo brillante y lo premian; es entonces cuando el creativo mejor se siente. El gran reconocimiento se produce en el instante en el que un colega de profesión dice “ojalá que esta campaña la hubiera firmado yo”.

Después de observar durante muchísimos años a los creativos, me atrevo a decir que hay cosas que no solo son potestad de ellos, sino de todos. Lo que he aprendido a lo largo del tiempo es que, para poder enfrentarse al momento de la hoja en blanco, uno debe seguir unas pequeñas y sencillas pautas que le ayuden a afrontar ese momento de otra manera. Durante los últimos años, hay cinco ingredientes clave que siempre aplico en estas situaciones:

1. Amor. Todo aquello que vayas a hacer, sea grande o pequeño, simple o complejo, atractivo o poco atractivo, hazlo con amor. Esta es la única manera de poder encontrar eso que buscas y alcanzar tus objetivos.

2. Conexión de puntos. Esta es una de las tareas más entretenidas que conozco. No dejes de pensar en cosas, enlázalas, crúzalas, compáralas, estíralas y te darás cuenta de que todas las cosas, si deben ser, se conectan y fluyen. En este punto debemos tener presente a Steve Jobs, el “rey de las conexiones”.

3. Simplicidad. Como decía David Ogilvy, piensa que todo lo que hagas en publicidad lo debe entender tu familia y no debes avergonzarte por ello. En muchas ocasiones queremos contar tanto y con tanto lujo de detalles que nunca llegamos al final y, precisamente, ese momento se hace eterno.

4. Libertad. Piensa sin miedo; no presupongas que algo no va a servir, que no gustará, que no seducirá… Siéntete libre para ser creativo, insiste en el camino que quieres seguir y, sobre todo, no te detengas por el hecho de que a tu lado te puedan hacer renunciar.

5. Trabajo duro. La creatividad constantemente te sorprende cuando estás trabajando y con la mente muy activa. Solo hay que estar atento y ver cómo se desplaza delante de uno para poder capturarla. La creatividad siempre está allí, así que es importante mantenerse en todo momento bien alerta.

En definitiva, cada vez que te enfrentes a un reto, no dudes en poner en práctica estos cinco elementos, ya que te encontrarás ante una oportunidad única de crear, de ser uno mismo y, sobre todo, de pensar que algún día tus ideas se van a convertir en realidad.

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