Juan Carlos Cubeiro sobre ‘Focus’

Juan Carlos Cubeiro

Head of Talent de ManpowerGroup y CEO de Right Management

Mi buen amigo Daniel Goleman ha hecho de la divulgación científica (en torno a la inteligencia emocional, al liderazgo) todo un arte. En su último libro, Focus, nos aporta una visión muy innovadora del talento más escaso y probablemente más subestimado de la sociedad actual: la atención. Es notorio que los profesionales de la empresa, de las artes o del deporte destacan precisamente cuando cultivan la visualización, la focalización o la meditación inteligente (y, por cierto, muy pocos de ellos pueden hacerlo sin coaching), es decir, cuando su foco está más ajustado que el de los demás.

Sí, nuestro enfoque determina nuestra realidad. Es importante que seamos conscientes de ello y de que la atención, una facultad tan sutil, requiere comprensión, memoria y aprendizaje. ¿Sabes concentrarte? ¿Sabes mirar como conviene? ¿Sabes lo que quieres?

Daniel Goleman nos advierte: “Los ingredientes de una relación se ponen en marcha cuando dos personas comparten el mismo foco, lo que provoca una sincronía física inconsciente, generadora a su vez de buenos sentimientos”. Esa “visión compartida” determina la relación, porque, en un océano de distracciones, quien sabe estar atento triunfa.

Los neurocientíficos coinciden en que poseemos dos mentes: la ascendente, que es rápida, involuntaria e intuitiva, y la descendente, que es lenta, voluntaria y esforzada. Hemos valorado sobre todo la descendente y hasta despreciado la ascendente (esa intuición). Sin embargo, la mente descendente es “un personaje secundario que se toma por protagonista” (Kahneman) y tal es el poder de nuestra “inconsciencia” y la necesidad de poner foco a nuestra vida.

No obstante, hay más. Goleman explica en este libro que “el autoengaño es un rasgo fundamental de la atención” y por eso necesitamos metacognición, “conciencia sobre nuestra conciencia”. El autocontrol se confirma como una de las claves de la inteligencia emocional, y la empatía como otro de sus pilares.

Debemos poner foco, debemos educar la atención a través de la práctica deliberada. A través del “mito de las 10.000 horas”, Goleman nos advierte de que no basta con la repetición mecánica si no ajustamos sucesivamente nuestra meta. “La práctica óptima requiere una concentración óptima”, afirma. La atención, como todo en el liderazgo, no se improvisa.

¿Coaching? Sí, por supuesto, pero “buen coaching”, porque, como nos explica el autor de Focus, “las preguntas negativas activan las áreas cerebrales de la ansiedad, la tristeza y el conflicto”. Coaching y mindfulness son fundamentales para desarrollar el liderazgo. “Los mejores líderes poseen una conciencia sistémica que les ayuda a responder a la continua pregunta de hacia dónde y cómo debemos dirigir nuestros pasos”. Estamos ante un nuevo liderazgo en esta nueva época (el talentismo), que se centra en inspirar, aprender constantemente y hacer equipo.

En definitiva, los aficionados a la inteligencia emocional y el liderazgo no pueden perderse las últimas aportaciones de Daniel Goleman en la materia, uno de los gurús más avanzados, didácticos y reveladores de los que disponemos.

El libro

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