Los hombres valientes que apoyan a las mujeres

María Gómez del Pozuelo

CEO de Womenalia

Sólo un hombre valiente, con tantos méritos profesionales referidos y de tanto prestigio, podría poner este título a un libro. Ojalá se lo lean muchos de sus colegas. Ojalá sirva de estímulo para poner encima de la mesa y con mayor frecuencia esta realidad. Este libro es alentador, revelador, justo y nos ilumina en nuestro futuro profesional, a una servidora incluida.

Me sigue llamando la atención, y mucho, la falta de perspectiva de quienes siguen afirmando que en Europa, y especialmente en España, no hay brecha de género. Que la desigualdad está superada, que ya no es como antes, que mucho hemos avanzado y que se hace cansino volver a abordar determinadas cuestiones.

Y me sorprende tristemente. Sobre todo, por sus hijas, sobrinas, nietas o niñas de su entorno, para las que debemos construir ahora, en el presente, un futuro más igualitario. Por ellas, espero que lo que voy a compartir les haga, por lo menos, reflexionar.

Los datos están ahí y son 100 % objetivos, por lo que cualquier opinión debería basarse en ellos.

Solo el 5 % de los líderes de empresas son mujeres y, aunque ganan un 21 % menos, está más que demostrado que los equipos y las empresas diversas son un 18 % más productivas (ver fuentes de información).

Por otro lado, las mujeres y los hombres ya tenemos acceso a la misma formación y las mismas carreras profesionales, hasta que llegamos al nivel más alto de la compañía; ahí todo cambia, las oportunidades ya no son las mismas, máxime si tenemos en cuenta que en los órganos de administración de las empresas solo hay un 23,7 % de mujeres directivas (Women in Business 2021, Grant Thornton). Si hablamos de emprendimiento es igual de dramático. La tasa de emprendimiento tecnológico es solo del 18 % y es una parte crítica del crecimiento social y económico, por no hablar de las inversiones, etc… Todo ello, representando el 50,9 % de la población.

Y, aunque sí, es obvio que hemos mejorado y que la situación ha cambiado, la realidad es que aún nos queda mucho camino por recorrer. Sobre todo, teniendo en cuenta que fue a partir de 1981 cuando pudimos abrir nuestras propias cuentas corrientes y tener empresas a nuestro nombre si estábamos casadas, hace cuarenta años; vamos, anteayer.

Por ese motivo, por todo ello, hace nueve años monté Womenalia. Por entonces, ya había un número reducido de organizaciones enfocadas en mejorar esos ratios, comprobando que obtenían muchos mejores resultados en términos de productividad, plantillas más felices, mayor facilidad de adaptación a cualquier cambio, etc… Hoy en día, la empresa que no esté pensando y tenga objetivos claros en temas de igualdad, tendrá problemas serios de sostenibilidad a futuro porque, entre otras cosas, las mujeres tomamos el 80 % de las decisiones de compra y, cuando percibamos que una empresa no nos da las mismas oportunidades, dejaremos de comprar sus productos o usar sus servicios, igual que está pasando ahora con el tema ecológico, tecnológico, etc… Y otro punto muy importante es que tampoco querremos trabajar en ellas. Hoy, tenemos la capacidad de decidir. Y lo estamos haciendo.

Hoy, más que nunca, creo firmemente que la unión hace la fuerza. También en lo que a capacitación se refiere. Por ello, deberíamos aprender y desarrollar las mejores habilidades, las masculinas y las femeninas, para crear compañías increíbles, diversas y sostenibles, en las que hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades, de tal forma que, aunque seamos diferentes, que es lo potente, nos complementemos construyendo entre todos un futuro más igualitario que nos permita dejar un legado más justo, desarrollado y competitivo a las siguientes generaciones.

Porque la triste realidad ahora es que, si no actuamos en el presente, tus hijas, nietas, sobrinas y aquellas conocidas a las que tanto adoras, esas que tanto estudian, se forman y trabajan ahora, no llegarán a ser líderes en igualdad de oportunidades hasta dentro de un plazo mínimo de 147 años.

Y, como bien dice el autor de libro, los líderes no deberían elegirse en función de su género, sino de su meritocracia y habilidades para los retos futuros, aunque nosotras, las mujeres, ni siquiera estemos ahí, porque no se nos incluye en la lista para ser elegidas.

El libro

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