Planificación financiera y toma de control de nuestras finanzas personales

Antonio Alcocer Fernández-Pinilla

CEO Alcocer&Co. Presidente de Mindschange.org

Warren Buffet, conocido como el Oráculo de Omaha, es sin duda uno de los principales exponentes del análisis fundamental y el método de inversión en valor (“value investing”), así como uno de los mejores y más respetados inversores de la historia.

Su filosofía de inversión podría resumirse en nueve axiomas: adquirir negocios excepcionales con una clara ventaja competitiva y que generan resultados operativos estables, orientación a la inversión a largo plazo; equipos de gestión excepcionales; enfoque de análisis de “abajo a arriba”; aprovechar los ciclos económicos y las finanzas conductuales para comprar compañías excepcionales muy por debajo de su valor intrínseco; estar siempre invertido, tener un plan de inversión y seguirlo sistemáticamente; pensar en su círculo de competencia (invertir solo donde comprenda completamente el modelo de negocio y tener know-how; e invertir versus especular (paciencia y sistemática de inversión a largo plazo versus “ganar mucho ya”).

Para el ciudadano e inversor promedio existen muchas estrategias, productos y herramientas de inversión que pueden resultar abrumadoras a la hora de invertir/ahorrar (análisis técnico, análisis fundamental, métodos cuantitativos, gestión pasiva, gestión activa, roboadvisors, clases de activos, acciones, renta fija, fondos de inversión y pensiones, fiscalidad de los productos, etc). Según Natixis, el 60 % de los inversores europeos no tienen objetivos financieros en mente y no cuentan con un plan financiero para alcanzarlos, esperando rentabilidades brutas del orden del 13 % anual, con perfiles de riesgo muy conservadores.

Además, a nivel europeo, a los aspectos antes citados, se añade el reto del envejecimiento poblacional, que pone en cuestión la sostenibilidad de los sistemas públicos de pensiones y, por tanto, la necesidad de complementarlos.

Para afrontar con éxito esta situación es necesario tener un plan financiero que, además de planificar el corto y medio plazo, también considere el largo plazo.

Y es aquí donde las enseñanzas de Warren Buffet y su metodología de inversión toman toda su relevancia y pueden inferirse ante preguntas del tipo ¿cómo invertir? y ¿cómo hacer un plan financiero y tomar el control de nuestras finanzas personales? Es fundamental que nos hagamos preguntas en estas categorías: objetivos vitales, situación patrimonial y cuota de ahorro, inversión y fiscalidad. De forma resumida, el proceso de planificación financiera y todo plan financiero debería considerar cuatro aspectos clave, que resumo a continuación.

1.- Entender nuestra situación patrimonial (activos y deudas), los ingresos y gastos mensuales, y la cuota de ahorro de la que disponemos.

2.- Especificar los objetivos vitales que queremos conseguir en el futuro, colocados en un horizonte temporal a corto (1-2 años), medio (3-8 años) y largo plazo (8 años). Estos objetivos vitales, dinámicos, revisables en el tiempo y variados, pueden responder a dos cuestiones: consolidar X miles de unidades monetarias para la entrada de una casa en dos años o ahorrar un capital de Y miles de unidades monetarias que complemente nuestra jubilación.

3.- Según la Encuesta Financiera de Familias, la riqueza neta de las familias españolas fue de 122.000 euros en 2020, lo que imposibilita el acceso a los servicios premium y profesionales de planificación financiera ofertados por la banca privada y que consisten de forma resumida en ocho cuestiones:: análisis del cliente; objetivos vitales y limitaciones; objetivo de rentabilidad y horizonte temporal; riesgo tolerado y KPIs para su medición (Value at risk VAR, pérdida máxima aceptada); actores clave en la planificación y ejecución del plan; estilos de inversión y productos permitidos; reporting, métricas y frecuencia; frecuencia de las reuniones entre el asesor y cliente. Son factores, todos ellos, que considero todo plan financiero debe incluir.

 4.- Desde un punto de vista académico, sería muy interesante estudiar y entender conceptos que conforman la base de las finanzas, tales como el valor temporal del dinero (flujos monetarios de dinero en distintos instantes de tiempo no son financieramente iguales); el concepto de interés (interés simple, interés compuesto); el cálculo de la rentabilidad de una inversión (TAE-tasa anual equivalente- y TIR- tasa interna de rentabilidad-); el diamante de la inversión (definido por cinco variables que debemos tener siempre presentes al invertir, que son rentabilidad esperada, seguridad, liquidez, inflación y fiscalidad). Dependiendo de los objetivos vitales y el horizonte temporal, primarán unas variables sobre otras.

Como reflexión final, y sabiendo que nadie puede predecir el futuro, ni siquiera el Oráculo de Omaha, y que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, es cierto que muchas enseñanzas del Tao de Warren Buffet a la hora de invertir en empresas pueden ser inferidas para un inversor/ahorrador promedio. Entre estas enseñanzas podemos destacar la necesidad de tener un plan financiero que considere el corto, medio y largo plazo; no dejarse llevar por las finanzas conductuales y emociones, especialmente en los periodos alcistas o bajistas de bolsa; ser sistemáticos en la aportación periódica al plan; y comprar calidad frente al deseo de querer ganar “mucho” de forma rápida y especulativa.

Las personas con conocimientos financieros son capaces de controlar sus finanzas, lograr sus objetivos y sentirse más en control de su futuro financiero.

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