Roberto M. Álvarez del Blanco sobre ‘The Innovator’s Solution’

Roberto Álvarez del Blanco

Profesor de Márketing y Estrategia de Marca en IE Business School y miembro del Comité Editorial de Manager Focus.

En 1997, el profesor Christensen sorprendió al mundo empresarial con su libro The Innovator’s Dilema, en el que documentaba cómo un emprendimiento con una innovación disruptiva de modelos de negocio convencionales podría imponerse prácticamente en todas las circunstancias. Además, certificaba cómo las organizaciones venerables consolidaban su éxito haciendo lo que se esperaba que debían hacer: satisfacer a sus clientes más valiosos.

Ahora, en un nuevo, comprensible y riguroso libro, escrito conjuntamente con Michael E. Raynor, vuelve a suministrar una serie de valiosos principios y demuestra cómo las organizaciones pueden desafiar su destino mediante ofertas de nuevos productos/servicios disruptivos. Insuflando innovación en nuevas áreas de rápido crecimiento estarán en condiciones de atraer a clientes noveles, sistemáticamente.

Sin duda, superar el dilema del innovador no es tarea fácil. La paradoja esencial es que las organizaciones mejoran de forma natural los productos para incrementar su rentabilidad. Invariablemente, en algún momento se manifiestan lanzamientos de nueva tecnología o generados por procesos de bajo coste que refrescan y mejoran el mercado permeabilizando los principales segmentos de la organización. El fax, por ejemplo, fulminó al télex, mientras que los PC, considerados en un determinado momento como derivados de juguetes, desplazaron a los miniordenadores.

Esta noción hunde sus raíces en la teoría del dilema del innovador, que sostiene que este podría ver erosionada la cuota de mercado de sus sofisticados productos por la competencia de otros de inferior calidad.

Los autores plantean un inédito enfoque sistemático para considerar la innovación. En lugar de convertir una idea o tecnología virgen en una mejor solución, sugieren caminos transformadores para productos nacientes que modifiquen completamente las reglas de juego, captando nuevos clientes para la marca generadores de mayor crecimiento.

Al mismo tiempo, aconsejan un enfoque dual. En la primera etapa, los responsables de la toma de decisiones deben considerar innovaciones posibles y probables como amenazas reales a su core business en caso de que alguien las introdujera y liderara. Las investigaciones sugieren que las amenazas, mucho más que las oportunidades, movilizan antes y mejor los recursos. Más tarde, cuando el proyecto está en curso, debe comprometer a grupos independientes no atrapados por aquellas formas organizativas que fomentan ideas incrementales.

De hecho, Hewlett-Packard lo hizo así para su exitosa impresora de tinta; Johnson & Johnson, para sus instrumentos de angioplastia y medidores portátiles de glucosa en sangre; y Procter & Gamble, para su nueva pasta dentífrica, Crest Whitestrips, que blanquea la dentadura.

En cuanto a cómo se puede mantener el proyecto a buen ritmo, los autores también señalan que las empresas, en lugar de estar impacientes por obtener beneficios, deben ser pacientes para alcanzar crecimiento. Aunque el imperativo de la rentabilidad es imprescindible, consideran que muchas organizaciones olvidan lo segundo. Cuando llegan los malos tiempos, pierden confianza y, en lugar de otorgar el horizonte necesario para acelerar el nuevo producto, lo reconducen a mercados establecidos. Esta conducta ocasiona cierto fracaso.

Se ha dicho acertadamente que, aunque The Innovator’s Solution no ofrezca per se una garantía absoluta, sí constituye una guía muy práctica que llega en un momento oportuno para una economía que necesita y busca recuperarse.

El libro

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