Leopoldo Alandete sobre ‘Getting It Done’

Leopoldo Alandete

Socio fundador de Workplace Innovation Group y director general en Alandete Inversiones y L.A. & Asociados

Getting It Done es nuevamente un excelente trabajo de Roger Fisher, director del Harvard Negotiation Project y autor, entre otros, del mega-best-seller Getting to Yes, referencia obligada en negociación al ser uno de los mayores expertos mundiales en la materia.

Getting It Done es recomendable para todos aquellos que consiguen sus resultados a través de otros (¿quién no lo hace?) y muy útil para obtener un alto grado de colaboración con jefes, colegas y resto de profesionales, aumentando enormemente el rendimiento.

No podemos conseguir los objetivos por nosotros mismos, trabajamos con otros; sin embargo, la colaboración suele ser escasa y puede parecer difícil cambiar el escenario. ¿Cuál es la mejor manera de tratar las diferencias? ¿Cómo obtener un mejor rendimiento de un grupo?

En las organizaciones actuales coexisten cooperación y competencia. El directivo debe comprender cómo funcionan las dinámicas internas de los grupos, actuar sobre ellas y convertir un grupo en un equipo eficaz. Pasar de la confrontación a la colaboración, del ordeno y mando al más eficiente apoyo y colaboración.

Dirigir es entrenar. Como entrenador, una de la obligaciones del directivo es crear el clima interno necesario para que su equipo rinda al máximo; conseguir lo mejor de su equipo, creando un entorno de confianza y cooperación que motive a los miembros de equipo a alcanzar los resultados. Con un equipo eficaz, logramos mejores resultados con mayor facilidad. Pat Riley, el mejor entrenador de la década de los ochenta con Los Angeles Lakers, conseguía el mayor rendimiento colectivo uniéndolo a la más plena realización personal, apasionante tarea deseada por todos los responsables de equipos.

Nuestras habilidades personales no están desarrolladas, no siempre valoramos las ventajas de trabajar en colaboración y no sabemos cómo influenciar las conductas de los demás.

Desarrollemos cinco habilidades personales: tener bien definidos los resultados a alcanzar, poseer un pensamiento sistemático, integrar pensamiento y acción, ofrecer a todos un papel interesante y reconocer los méritos. Combinemos visión a largo plazo y consecución de objetivos inmediatos a corto.

Fisher diseña un modelo que nos ayuda a pensar sistemáticamente. Determina cuál es realmente el problema, establece posibles causas, diseña estrategias que hay que realizar y establece los pasos específicos que debe tener nuestra actuación. Es sencillo, pero ¿lo hacemos? Generalmente, no pensamos ni actuamos de una forma sistemática y ordenada, sino a saltos e impulsos, perdiendo el tiempo y sin tomar decisiones adecuadas.

El directivo debe primero organizarse él mismo para trabajar eficazmente, entender su objetivo de tener resultados coordinando a otros, conocer las ventajas de la colaboración y practicar el liderazgo participativo que influye y persuade a otros a trabajar mejor en equipo.

Evitemos las consecuencias negativas de decir a otros qué es lo que deben hacer y cambiemos la forma en la que trabajamos con nuestros equipos. No es posible hacer que los otros cambien salvo que ellos deseen cambiar. No se trata de decirles lo que deben hacer, sino de invitarles a trabajar en la resolución del problema, implicándolos en los cambios, haciéndoles partícipes.

Todos, directivos, profesionales, consultores y profesores, debemos aprender a trabajar colaborando mejor y obtener los resultados deseados. Fisher simplifica y desmenuza la compleja realidad, aportando soluciones sencillas y prácticas, haciendo fácil lo difícil. Tenemos herramientas; usémoslas para mejorar de forma exponencial nuestro rendimiento y el de aquellos que colaboran con nosotros.

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