El poder de la destrucción creativa

La destrucción creativa es un proceso a través del cual emergen continuamente nuevas innovaciones, convirtiendo en obsoletas las tecnologías existentes. Tiene que ver con la disrupción, con cambiar el modelo de negocio predominante de una industria de manera totalmente radical. Implica romper para reconstruir de una mejor manera.
La destrucción creativa es una fuerza conductora que permite generar un crecimiento económico constante y sostenible en el tiempo.
De hecho, la destrucción creativa es un paradigma que permite explicar las anteriores revoluciones tecnológicas, como la revolución industrial, por lo que resulta un método muy útil a la hora de medir y proyectar el crecimiento económico de un país o de una empresa, siempre a través de la innovación.
Uno de los dilemas que plantea el modelo capitalista es si la competencia, que actualmente domina la mayor parte de los mercados, es el sistema adecuado para la innovación. La conclusión es que sí lo es, ya que para aquellas empresas preocupadas por liderar sus mercados, es un proceso que puede facilitarles ofrecer mejores soluciones a sus clientes y hallar nuevos nichos.
Paralelamente, es crucial comprender el concepto de innovación ecológica. El agotamiento de los recursos naturales y el calentamiento global son una realidad que ya es visible en el mundo actual. Por tanto, si no se actúa, además de las graves consecuencias para el planeta, la sociedad se sumirá en un periodo largo de estancamiento o decrecimiento. Esto se debe a que, actualmente, la buena marcha de la economía depende excesivamente de ciertos recursos naturales que, en realidad, son limitados.
En consecuencia, es vital innovar hacia una transición energética total, que permita descubrir nuevas formas de interactuar con los recursos. Para ello, y en todo este proceso, el papel del Estado es clave, ya que debe incentivar la innovación y nunca desestimularla. Además, se debe poner en el centro al consumidor, ya que es el único capaz de inducir a que las empresas innoven hacia tecnologías más sostenibles con el medioambiente.
La financiación de estas innovaciones es, igualmente, un aspecto clave en este modelo. Existen diferentes métodos para obtener esta financiación, como las universidades, las instituciones públicas, los fondos de capital riesgo o los inversores institucionales. Cada uno de ellos es adecuado para las diferentes etapas de vida de una idea. Lo importante es ser capaces de generar un ecosistema que permita financiar las ideas brillantes, de forma que permitan obtener un crecimiento sólido a futuro.