Marcelo Vázquez Ávila sobre ‘Los líderes comen al final’

Marcelo Vázquez Ávila

Profesor de Comportamiento Humano en la Organización en el IE Business School

El liderazgo transformacional estimula el despertar de la conciencia humana. Este emerger da como resultado que las personas dentro de la organización puedan convertirse en líderes autorregulados, en líderes conscientes. Y es en esta transformación del liderazgo donde el entrenamiento en mindfulness tiene muchísimo que aportar.

La práctica del liderazgo mindfulness nos proporciona las herramientas necesarias para medir y gestionar nuestra vida momento a momento. Nos enseña a prestar atención en el presente, reconociendo las emociones y manteniéndolas bajo dominio, sobre todo cuando hacemos frente a situaciones de alto estrés. En actitud mindful, uno es consciente de cómo está y de cómo puede llegar a otros. Se es capaz de observar y participar en cada momento, mientras se identifica al mismo tiempo el impacto de las acciones a largo plazo.

El mindfulness es una técnica, cada vez más extendida, que se basa en el entrenamiento mental para llevar a la mente al momento presente y al desarrollo de la atención plena. Se sabe que llevar la mente al pasado y al futuro produce ansiedad, frustración o estrés. Traerla al aquí y ahora produce estados de aceptación y ausencia de juicios, lo que conlleva sensaciones de bienestar mental.

El mindfulness entrena y fortalece las estructuras cerebrales de la atención necesarias para esa toma de consciencia que permita pasar de un modo cerebral en automático a un modo cerebral orientado a los objetivos. El modo automático está muy instalado en el cerebro, de ahí la dificultad de romper los hábitos y automatismos. Solo fortaleciendo esos otros músculos cerebrales responsables de la parte deliberativa y consciente se puede “compensar” la fuerza de la parte automática del cerebro. Como cualquier otra habilidad, requiere entrenamiento para desarrollar y fortalecer ese músculo cerebral, y se ha demostrado que el mindfulness permite, a través de la atención, desarrollar habilidades de autoconsciencia y autorregulación que son efectivas.

Llevar nuestra mente al presente nos convierte en líderes más seguros y eficaces, ya que ahorramos enormes cantidades de energía en rumiar pensamientos catastrofistas o sentimientos de arrepentimiento por nuestras equivocaciones del pasado.

Google, Hewlett-Packard, Intel o Microsoft son algunos ejemplos de empresas que han desarrollado programas de liderazgo basados en el mindfulness. En ellos se enseña a los directivos cómo entrenar su mente sobre todo en cuatro áreas: atención, intención, autorregulación emocional y autoconsciencia. El mindfulness permite incorporar la meditación a la vida cotidiana, entendiéndola como entrenamiento de la mente en atención plena. Es una habilidad esencial para un buen liderazgo que desarrolla empatía, control y regulación emocional, atención focalizada y capacidad de manejar el contexto a través de una mayor flexibilidad e innovación para garantizar resultados sostenibles a largo plazo.

La relación entre el mindfulness y el liderazgo es un hecho. ¿Cuánto va a tardar en integrarse como un aspecto esencial del desarrollo directivo en la empresa? El tiempo lo dirá, pero, si quiere aumentar su efectividad y liderar un mercado lleno de incertidumbre, deberá estudiar muy seriamente la introducción de esta capacidad entre sus líderes.

http://vazquezavila.blogspot.com.es/

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