María García-Feijoo sobre ‘The Grid (La cuadrícula)’

María García-Feijoo

Profesora de Márketing en la Deusto Business School.

En los últimos años, no hay conferencia, artículo, libro o encuentro empresarial en el que no se ponga de manifiesto que vivimos en tiempos de cambio acelerado. Retos de distinto nivel y naturaleza, como la sostenibilidad medioambiental, los nuevos perfiles de consumidores, la desigualdad, la conciliación entre la vida personal y la profesional, la dificultad de diferenciación o la inestabilidad política en el mundo, entre otros, exigen no solo que las organizaciones estén atentas y den respuesta a las demandas del entorno, sino que también sean capaces de generar oportunidades nuevas en él.

Precisamente en esas situaciones de inestabilidad y cambio adquieren mayor importancia la reflexión estratégica y la necesidad de ver la empresa como un todo, cuyas partes interaccionan entre sí y con el exterior. Las organizaciones han de clarificar su misión, objetivos y proyecto de futuro, razonando cómo quieren contribuir a la sociedad y cómo pueden implicar a todos los partícipes con los que se relacionan (consumidores, trabajadores, competidores, socios, Administraciones Públicas, la propia sociedad en la que operan…) para que se vinculen al proyecto y crean en él y así generar valor.

El modelo tradicional de planificación estratégica parte de la premisa de que el futuro es predecible y se han de dedicar recursos a conocerlo y entenderlo, para tomar decisiones a partir de ahí. La estrategia sería algo dado y consecuencia casi lineal del análisis. Sin embargo, el futuro no es algo predeterminado y los procesos de reflexión estratégica requieren nuevas aproximaciones. Es posible tomar decisiones hoy que condicionarán la existencia de un futuro u otro y, por tanto, ese futuro no es algo cerrado, de ahí que sea necesario provocar procesos de reflexión que no se queden solamente en la parte lógica del análisis de la realidad, sino que incorporen en igual medida objetividad y subjetividad y que tengan en cuenta a todos los integrantes de la organización y sus distintas perspectivas.

Es precisamente por esta aproximación por lo que me ha llamado la atención este libro. A pesar de mi escepticismo inicial basado en el título, creo que esta obra es de alto interés por varios motivos:

  • Defiende la interrelación real entre las distintas partes de la organización, que aportan distintas visiones y, por tanto, enriquecen los resultados y las decisiones. En un sentido similar, va más allá de poner el foco solo en la organización e incluye la reflexión sobre los clientes y el mercado.
  • Entiende que la estrategia se va generando, en función de dichas distintas aportaciones, y que no es algo matemático, fruto directo de “rellenar la cuadrícula”. Así, no indica qué es lo que hay que hacer, sino que sugiere elementos relevantes para la reflexión.
  • Plantea como objetivos empresariales la deseabilidad, la rentabilidad y la continuidad y, por tanto, va más allá de una visión cortoplacista de las organizaciones.
  • Propone una herramienta de reflexión fácil de utilizar y que puede ser integrada con otros planteamientos y procesos en la organización. Esta herramienta, además, puede contribuir a mejorar la comunicación dentro de la organización.

Si compartes estas apreciaciones, The Grid es una lectura altamente recomendable.

El libro

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