Esto es marketing

Evidentemente, el márketing ha cambiado mucho en los últimos años, sobre todo gracias a los últimos avances en tecnología, como las redes sociales. Sin embargo, muchos profesionales no han cambiado su enfoque y siguen utilizando técnicas de márketing como el correo masivo. Es vital comprender que este tipo de técnicas ya no funcionan y que el verdadero y efectivo márketing consiste en comprender los deseos del cliente y diseñar productos para cubrir sus necesidades. Se debe, por tanto, olvidar la idea de llegar al gran público y comenzar centrándose en un grupo más reducido, aquel con el que sería suficiente para continuar con el negocio. Esto se conoce como “mercado mínimo viable”. Una vez hallado el público objetivo, es vital posicionarse ante él, situándose en los extremos, ya que la zona media estará llena de competidores.

Es fundamental entender que, para cambiar la conducta del cliente, un concepto clave es el estatus. El ser humano toma la mayoría de sus decisiones teniendo en cuenta su estatus y pensando en qué hacen las personas que tienen un estatus similar al suyo. Lucha por preservarlo. Por eso es muy relevante conocer el estatus, tanto interno como externo, de las personas a las que se dirigirá la oferta. Es interesante dirigirse a los “neófilos”, es decir, aquellos usuarios pioneros que buscan constantemente lo mejor y que no se conforman. Todos los esfuerzos se deben centrar en solventar sus problemas a través de la creación de productos.

Una vez que se obtenga su confianza, los propios clientes actuarán como vendedores y harán correr la voz, hablándoles a sus amistades cercanas del producto. Es crucial diseñar un producto que consiga que el cliente hable de él, que le permita contar una historia de la que se siente orgulloso. Una vez que se extienda la noticia, se llegará a un público mayor y esto motivará el crecimiento.

En definitiva, se trata de generar cambios en la conducta, de contar historias que se difundan y de influir en las personas. El márketing es muy poderoso y puede impulsar estos cambios. Sin embargo, es un paso arriesgado que puede no funcionar por varias razones. No obstante, si se dedica suficiente tiempo y dedicación, es posible generar cambios en la conducta de forma ética y contribuir así al desarrollo de la sociedad.